
Los hijos de mujeres expuestas a estrés moderadamente grave durante la gestación sufrirían las consecuencias, ya que los efectos a largo plazo se manifiestan sobre las estructuras cerebrales del bebé en su desarrollo intelectual
Investigaciones previas demostraron que el estrés durante el embarazo altera el crecimiento y el desarrollo fetal, pero poco se sabe sobre los efectos de largo plazo en el funcionamiento cognitivo de los hijos.El nuevo estudio evaluó el desarrollo intelectual y del lenguaje de 89 niños de 5 años, cuyas madres habían estado embarazadas durante una tormenta de nieve en Quebec, Canadá, que dejó sin electricidad a millones de personas durante seis semanas. Los autores hallaron que el desarrollo del lenguaje y el coeficiente intelectual verbal tendían a ser más bajos en los hijos de las mujeres que más estrés habían sufrido durante la tormenta, lo que equivalía a pasar más días sin electricidad, tener que vivir en un refugio o, por ejemplo, haber perdido el trabajo. Todos los niños estaban dentro del rango normal de inteligencia y desarrollo del lenguaje, indicó el equipo dirigido por el doctor David P. Laplante, del Centro de Investigación del Hospital Douglas, en Canadá. Pero los autores precisaron que los resultados sugieren que el estrés prenatal tendría efectos de largo plazo sobre las estructuras cerebrales del bebé, en especial en las relacionadas con el lenguaje y las habilidades verbales. El estudio fue publicado en Journal of American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Según el equipo, se desconoce exactamente por qué el estrés prenatal grave altera el desarrollo intelectual infantil. Pero la relación se mantuvo aun cuando el equipo incluyó en la evaluación la educación de los padres, el ingreso y el trabajo, que estaban independientemente asociados con los resultados de las pruebas efectuadas a los niños. "Sospechamos que la exposición a altos niveles de estrés prenatal habría alterado el neurodesarrollo fetal, lo que influiría en la manifestación de las habilidades neuroconductuales de los niños en la niñez temprana", escribió el equipo. Los autores agregaron que los desastres naturales más graves, como el huracán Katrina o el tsunami asiático en el 2004 habrían afectado gravemente a las embarazadas y, potencialmente, a sus hijos. Con todo, el equipo concluyó que se necesitan más estudios para confirmar que ese tipo de estrés prenatal puede, de hecho, "programar" el desarrollo del cerebro fetal.
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