
CríticaPor Alejandro Molina BravoJuntos, nada másDirección: Claude BerriPaíses: FranciaAño: 2007Duración: 97 min.Género: Drama romántico.Interpretación: Audrey Tautou (Camille), Guillaume Canet (Franck), Laurent Stocker (Philibert), Françoise Bertin (Paulette), Béatrice Michel (Carine), Kahena Saighi (Samia), Hélène Surgère (Yvonne), Juliette Arnaud (Aurélia), Pierre Gérald (Gilbert), Sandrine Marzeas (Sandrine), Nicky Marbot (Sébastien).Guión: Claude Berri; basado en un libro de Anna GavaldaProducción: Claude BerriMúsica: Frédéric MottoFotografía: Agnes GodardMontaje: François Gedigier.
Mientras afuera llueveSucede que a veces uno no quiere que en el cine le digan verdades ni que le hagan replantearse su existencia; tan sólo desea que le hagan pasar un rato agradable mientras afuera llueve. A fin de cuentas, ésa es la verdadera razón de ser del cine (y de la literatura); si bien se presta como cauce para la expresión y difusión de inquietudes. Pero uno no siempre tiene cuerpo para ver a Godard. En ese caso, “Juntos, nada más”, es la película adecuada.
Cuatro personajes solitarios arrastran por París sus vidas marcadas por la mala relación con sus familias. Será el encuentro entre Camille, joven limpiadora aficionada al dibujo, y Philibert, vendedor de postales aristócrata y tartamudo, el que entrelazará sus vidas cuando ella vaya a vivir con éste y su malhumorado amigo cocinero Franck, y conozca a la abuela este último, Paulette. La nueva situación hará que establezcan entre ellos unas relaciones de amor y amistad que les reconciliarán con la vida.
Ganadora del premio del público en la pasada edición de la Seminci, estamos ante una cinta sencilla y ligera, lo que no es sinónimo de mala película. No es un film original (de hecho, es muy predecible), pero desde la primera secuencia logra su objetivo principal: provocar la sonrisa y emocionar sin aspavientos. La historia transcurre con una cadencia delicada y fluida, sin complicaciones (lo que contrasta con las casi seiscientas páginas de la novela homónima en la que se basa), siendo el buen trabajo del reparto su principal valedor: los actores dotan a sus personajes de una sinceridad que impregna sus relaciones.
Destaca Françoise Bertin como adorable abuela, protagonista de un bello desnudo. Guillaume Canet interpreta a su nieto con sensibilidad, a pesar de lo tópico del personaje. Su amigo Philibert (interpretado por un fantástico Laurent Sotcker), se descuelga de la historia principal, pero es quien ofrece las escenas más divertidas (atención a las sesiones con el logopeda). Y llegamos a Audrey Amélie Tautou y a su presencia frágil pero contundente, y a sus ojos. Y constatamos que es una actriz de un único personaje que, eso sí, interpreta muy bien.
Se agradece, en fin, una película leve en la que pensar mientras nos enfrentamos de nuevo a la lluvia.